Me asfixio y ahogo
en la estructura que creaste.
A pesar de que te quise,
no puedo hoy más que olvidarte.
Has apartado de mí
hasta el último soplo de vida.
Pienso en salir de aquí,
mas no encuentro la salida.
No hay a quien recurrir,
el espíritu desfallece,
aún cuando en derredor
la primavera hoy florece.
De quién son las horas?
De quién el tiempo?
Quién escribió aquel cuento
que me llevó al desierto?
La cama sigue tibia,
el corazón desarmado.
Las alegrías cotidianas
ya las he olvidado.
Me quedaré esperando
a la orilla del camino,
tratando siempre solo
de enmendar mi destino.
De quién es la idea?
De quién el proyecto?
Solo queda la nada actual
Y un futuro incierto.
sábado, 29 de diciembre de 2007
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